La silicona se sintetizó por primera vez en 1938. Deriva del cuarzo y al ser calentado en presencia de carbón produce silicona elemental.
Dependiendo de posteriores procesos químicos, la silicona puede tomar una variedad de formas físicas que incluyen aceite, gel y sólido.
Por su versatilidad ha sido usada con éxito en múltiples productos de consumo diario. Tal es el caso de lacas para el cabello,  cremas humectantes, protectores solares y labiales.
Dada su baja reactividad ha sido ampliamente usada en la industria farmacéutica en la confección de cápsulas para facilitar la ingestión de algunos medicamentos y  en antiácidos. También es una sustancia comúnmente usada como lubricante en la superficie interna de las jeringas y botellas para la conservación de derivados de la sangre y medicamentos intravenosos. Los marcapasos y las válvulas cardíacas  usan recubrimientos de silicona. Las articulaciones artificiales (rodillas, caderas), catéteres para quimioterapia, sistemas de drenaje, implantes de testículo o mamas, se fabrican también con silicona.