Si el calorímetro fuera realmente adiabático, al mezclar en su interior dos sustancias a diferentes temperaturas, el calor que absorbería la más fría de ellas sería exactamente igual al que cedería la más caliente.

    El calor que gana o pierde una sustancia cuando cambia su temperatura se puede calcular por la expresión: Q=m·c·(t1-t0) donde m es la masa de la sustancia, c es su calor específico, t1 es la temperatura final y t0 es la temperatura inicial. Si la sustancia está bajando de temperatura, el valor de Q será negativo.

    Para contemplar el hecho de que el calorímetro no es perfecto, deberemos calcular su equivalente en agua. Para ello se debe realizar una experiencia previa con sustancias de calor específico conocido, determinar la temperatura de equilibrio. Se podrá calcular una pérdida de energía térmica que permitirá calcular qué cantidad de agua habría absorbido o perdido esa misma cantidad de calor en el mismo cambio de temperaturas que el aparato.

    Finalmente, tendremos en cuenta ese equivalente en agua al calcular el calor específico de una sustancia, considerándolo añadido a la materia inicial del calorímetro, que es generalmente agua.