456 Diálogo con el primer indio Ahora, volviendo a lo material y de los indios: No tardó el indio Juan de Jesús en volver; si no recuerdo mal, volvió en la misma semana. Inmediatamente que volvió me dijo: - Yo quiere pa preguntar ¿vos a qué viniendo aquí? - A enseñar a los indios la ley de Dios. Pensó un poco y luego resueltamente me dijo: - ¿Ese vos solo u otro mandó? ¿Mandó gobierno? - No, le contesté, gobierno no mandó. Dios sí mandó. - ¿Onde topates Dios? - En Medellín, le dije. - Luego con viveza me dijo: - Indio no atiende (aprende) Libre sí atiende, porque es alma (es decir, porque tiene alma) - Indio también tiene alma, le repliqué. - Vos no sabe, indio no es alma. Tenés que ir vos otra vez tu tierra porque indio no gusta vos. - Bueno, le dije; pero como yo quiero mucho los indios no les enseño; pero vivo aquí, pa que tengan donde pasiar, para almorzar y tocar grafófono .... - Nosotro no necesita ; nosotro no sabe almuerzo, no sabe eso vos dice. Es decir, que la palabra almuerzo no la conocían y la de grafófono me- nos. Total, que sin hacer caso de esto, saqué el grafófono y lo puse a fun- cionar. Dios mío, ¡que susto! - Vos tiene gente metido onde ese tabla. Ese hablando no gusta. ¡Noso- tros ta miedo!. No había para que continuar diciéndoles que dentro del grafófono no había nadie guardado, porque no lo creían. En medio de todo, el indio repetía: - Vos tu tierra volvé, nosotro no atiende, no atiende, sin alma pues. Capítulo XXIX. Diálogo con el primer indio