860 CAPÍTULO LI - SEGUNDO VIAJE A URÉ - POR LA TROCHA DE CÁCERES - IMITAR MEJOR A JESÚS - ENTRE SELVAS Y TRAGADALES - EN URÉ - UNO DE LOS ANHELOS DE MI ALMA - SENTIMIENTOS AL SALIR DE URÉ - POR UN MAR DE PANTANOS - SUFRIR PRODUCE FRUICIÓN - EN CÁCERES Y CON FIEBRE - LLEGADA A DABEIBA Alaben al Señor, porque Él es bueno, canten himnos a su nombre porque es bondadoso. (Sal 135,3) Segundo viaje a Uré Según mis recuerdos, por allí en agosto de 1922 vine a San Pedro, de- jando a mi madre ya bastante mal de salud en Dabeiba. Desde la última posada en Poleal, montaña frigidísima de la cordillera Central, comencé a sentir cierto inconveniente en un dedo, en donde me había sacado hacía ocho días una nigua y tan pronto como monté en la mula que conllevó conmigo tras las inclemencias de las trochas de Urabá y cuyo nombre era "La Flores", sentí que ella también tenía un cojito. ¿Qué nos pasaría en Poleal? Pues seguramente que a cabalgadora y a cabalgadura nos había dado un beso el frío porque cuando llegamos a San Pedro, la mula estaba cojísima y esta pobre cabalgadora no daba paso por la hinchazón y el dolor en el pie. Total que llegamos enfermas y de lo mismo. ¿No ve en esto, reverendo padre, una curiosidad de la muchas con que Dios nos regala? Pues cada día la pobre mula estaba más mala y los veterinarios no acer- taban con el achaque. Que es hormiguillo, decían unos; que renguera, de- cían otros, y el resultado era que las medicinas no resultaban y que el pobre animal ya no se tenía en pie; con una cadera grandísima y todo el muslo y la pierna hinchadísimos, parecía que iba la Congregación a perder a la mejor de sus mulas. Y entre tanto, la cabalgadora sufría con el pie reventado, muy hinchado y con dolores inauditos que llegaron a producir- le fiebre. Se consultó a Medellín y aunque se aplicaban los remedios que de allí mandó un magnífico médico, cada día estaba peor. Las medicinas caseras tampoco dieron resultados y se llegó hasta el caso de pensar en amputación del pie. Todo cuanto se necesitaba para conducirme a Medellín en una camilla, estaba listo. Ya la mula estaba comenzando a mejorar con fricciones de manteca, que si no recuerdo mal, esta servidora le recetó, con sal bien